lunes, 30 de mayo de 2011

mujer y literatura

La mujer... La mujer... Siempre la mujer. Desde la prehistoria, hemos venido siendo sometidas a desempeñarnos como dueñas de casa. Pero a través del tiempo, nos hemos abierto paso en el sendero universal, caminado tan sólo por hombres, ocupando diversas labores que éste mismo suele cumplir en la sociedad. Otra bandera de antaño, que nos identifica, es el oficio de ser escritora, es aquí donde se descubre que también el sexo denominado "débil" cuenta con poder de imaginación y creación. Oficio que en muchas ocasiones se ve desplazado para continuar las labores de casa.Si al menos las mujeres contáramos con más tiempo, serían muchas más las que escribirían. Escribiríamos más novelas y/o poesía.

En cuanto al esfuerzo y lucha en honor a este oficio, tenemos a Sor Juana Inés de la Cruz, quien como escritora llenó un siglo, siendo toda una revolucionaria y feminista. La Iglesia la, rechazó, tratándola de hereje, censurado además sus escritos de todo orden. Muere después de esta dictaminación, cuatro años más tarde, víctima de una epidemia en el Convento de San Jerónimo, lugar donde se refugió al verse desposeída de sus libros e imposibilita de escribir.

Pero las escritoras de hoy en día, no tenemos tan trágico destino, podemos escribir todo cuanto a nuestra mente se asome y publicar todo lo que el presupuesto alcance.

Continuando por la vereda femenina, tenemos a Teresa Calderón, ganadora del "Premio Pablo Neruda", a través de sus poemas comunica lo que a ella le inquieta: el amor, la pareja y los conflictos de la sociedad.

En otros aspectos tenemos a Rosanna Byrne, a quien la sensibilidad tocó hondo, ya que al ver tanto desamparo en el psiquiátrico del hospital, la impulso a realizar un Taller Literario con 16 pacientes. Aquí se nutrió de diversos elementos para su creación literaria, donde existen muchos temas relacionados con la obsesión. Gracias a la poesía logró que los pacientes pudieran comunicarse, cosa que los psiquiatras no habían podido lograr. Para Rosanna la poesía es una palabra sanadora, y el ejercicio poético es un conjuro, algo así como un exorcismo, por lo que no se imagina su vida sin este arte. En su último libro "Jerónimo enloqueció otra vez", da a conocer un conjunto de microcuentos, que tienen una profunda prosa.

En el campo de la novela, tenemos a Ana María del Río, con su libro "Los siete días de la señora K.", la novela gira en torno a una dueña de casa sumisa, descalificada en opinión, y desmerecida en el aspecto sexual. Con una narración erótica, se va descubriendo una metamorfosis de esta mujer, que tiene a los hijos de vacaciones y al esposo en un viaje de negocios. Todos se encuentran fuera de la ciudad, pero ella, ella está dentro de su gris existencia. En esta soledad, la Sra. K. alcanza a despertar una aguda sensibilidad, sobre todo cuando esta mujer logra el clímax en laautosatisfacción sexual, aquí el relato lleva una descripción erótica. Después ocurren hechos sucesivos, que la trasladan a fronteras desconocidas, a ese relieve peligroso y lleno de misterios que es el adulterio. Lo hace con un adolescente, rompiendo losesquemas de lo permitido para realizar su culminación sexual. Todo está centrado en la liberación del feminismo, existiendo un enfrentamiento de hombre y de mujer, de lo bueno y lo malo, de lo permitido y lo prohibido.
 Así como estas mujeres tienen en su currículum existencial, el oficio de ser escritora, existen muchas más, quienes son merecedoras de una lectura y crítica sin discriminación de sexo, ya que hemos demostrado una vez más, contar con aptitudes y condiciones suficientes para desarrollar en forma paralela diversas funciones, aunque ello implique reorganizar el esquema costumbrista de ser el núcleo de la familia. Quizás sea este el gran temor, el miedo de ver y saber que la mayoría de las mujeres podemos optar por la autonomía y sean otros quienes tengan que hacerse cargo de las responsabilidades que nosotras hemos dejado de asumir.
Silvia Rodríguez

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